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La funcionalidad y la comodidad de la cocina dependen de la distribución que hayamos planteado: cocina en L, en U, en línea, con isla, con península, en dos frentes paralelos, con barra de desayuno… Por lo tanto además de gustos, debemos de tener en cuenta las posibilidades que el espacio nos ofrece, para llegar al equilibrio perfecto.
Cocina en L
Es una de las distribuciones más comunes, ya que sirve para todo tipo de espacios. El hecho de tener una intersección de por medio hace que los movimientos mientras se realizan tareas sean más ágiles y rápidos. En cocinas pequeñas es un recurso de muy buena aceptación, ya que deja una pared completamente libre, para poder albergar sobre ella la zona de comedor, si se quisiera disponer de ella dentro de la propia cocina.
Cocinas en U
Decorativas y funcionalmente perfectas, estas cocinas pueden permitírselas sobre todo los espacios más amplios. La cocina se establece en tres frentes con la misma forma de la letra, sobre las paredes de ambiente cerrado o dejar un lado al descubierto para separar ambientes, que salón y cocina sean un solo espacio.
Cocinas en Línea
La cocina en línea es la más sencilla de todas. Discurre de forma longitudinal sobre una única pared, y carece de esquinas. Es muy utilizada en cocinas estrechas que no permiten colocar muebles a ambos lados. Podemos utilizar también este tipo de cocinas cuando el salón y la cocina forman un único espacio, y queremos otorgarle toda la importancia decorativa al salón.
Cocinas con isla
Es la soñada por todos los amantes de la cocina o de la decoración, este tipo de cocinas requiere de un mínimo de espacio para que resulte funcional. En cuanto a la forma, estas cocinas disponen de los tradicionales muebles junto a la pared pero añaden otro módulo central bajo a apenas un par de metros.
Cocinas con península
Similar a la de isla, pero esta se diferencia en que permanece unida al resto de la cocina por uno de sus lados. Aunque es visualmente preciosa, esta distribución puede resultar poco práctica e incluso incómoda ya que obliga a desplazarse continuamente de un espacio al otro. Es un atractivo recurso estético en cocinas excesivamente largas y una península en su recorrido, corta visiblemente el espacio dividiéndolo en dos. En la parte baja de la península puede alojar electrodomésticos, muebles de cocina, o puede tratarse simplemente de una superficie de trabajo.
Cocina en dos frentes paralelos
Estas carecen de módulos de esquina, ya que su disposición se hace de forma paralela en dos paredes opuestas. Es la distribución más utilizada en cocinas largas y estrechas, porque permite aprovechar al máximo el espacio. Para no dar sensación de tubo, es aconsejable disponer los módulos altos a ambos lados de la entrada de la cocina, y dejar la zona de trabajo al final, despejada en altura, para evitar la sensación de saturación.
Cocina con barra de desayuno
Las cocinas con barra de desayunos pueden estar distribuidas en L o en U, y la barra de desayunos se situará en uno de los brazos de la cocina. La barra de desayunos puede equiparse con unos taburetes para mayor comodidad. Su uso es muy recomendable en cocinas pequeñas que carecen de comedor o que por ser grandes tienen el comedor alejado.
Recomendaciones
Se recomienda que cuando la cocina sea grande y el espacio nos lo permita, podemos optar por dividirla en varias zonas según las diferentes tareas que se llevan a cabo en este espacio. De esta manera, podemos separar la zona de lavado y plancha en un espacio compartido pero visualmente separado. En los casos en los que la escasez de metros sea la nota dominante, podemos optar por trasladar el comedor al salón o a otra estancia destinada a este efecto, y dejar la cocina con una pequeña barra de desayunos para uso rápido. Si el espacio nos lo permite, podemos incorporar el comedor a la cocina. Puede estar en el centro, en un lateral, o separado por algún elemento divisorio como un biombo o una puerta corredera, pero dentro de un mismo ambiente.
Mireya Gómez