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El grifo es uno de los elementos indispensables en la cocina, aunque en ocasiones a su elección no se le da la importancia que debiera tener, tanto en el plano operativo como decorativo. Una acertada elección podría facilitarnos considerablemente el trabajo en la cocina, además de contribuir en gran medida a la decoración general de la misma. Existen tres tipos de grifos diferentes:
Monomandos
Son los más habituales, y se deben a la sencillez y comodidad de su sistema y a su excelente relación calidad precio. Con un sencillo movimiento podemos ajustar la temperatura y el caudal del agua, a través de un sistema de palanca que se levanta para abrir el agua. Se elige la temperatura moviendo la palanca hacia la izquierda o hacia la derecha, si queremos agua templada la dejaremos en el centro.
Extraíbles
Con grifo extraíble, son grifos muy prácticos para la cocina, ya que el caño se puede extraer del cuerpo del grifo, permitiendo un acceso más cómodo tanto a los objetos del fregadero y zonas del mismo. Además resulta muy útil para llenar recipientes, por cuyo peso o tamaño resulta dificultoso acercarlos al fregadero.
Abatibles
Y por último, el abatible, que por un sistema de abatimiento, el grifo puede moverse de manera que resulta muy práctico en determinados lugares en los que su colocación obstaculiza determinados movimientos, por ejemplo, cuando se instalan cerca de ventanas y no permite su apertura en caso de ser fijos.