Nos lo preguntáis mucho, el espacio es el quebradero de cabeza principal en la gran mayoría de las casas, sobre todo porque parece que da igual el espacio que tengas, siempre es poco. En estos casos de falta de espacio todo lo que hagamos puede suponer una diferencia a la hora de ganar esa sensación de comodidad que nos aporta la disponibilidad de sitio. Ser prácticos, ordenados, y utilizar la pintura, o los objetos, de forma adecuada, supone una diferencia fundamental.
Es especialmente relevante saber cómo pintar, utilizando colores que favorezcan nuestra percepción y sensación de amplitud. Hay colores que agrandan y otros que empequeñecen. No es que haya unas normas específicas, pero hay cuestiones básicas sin las que es imposible avanzar. Los espacios pequeños mejoran con colores claros, cálidos, luminosos, y empeoran con los colores oscuros y con los contrastes muy bruscos de color. Mejor recurrir a la sencillez, sin mezclar muchos colores, como máximo uno para paredes y otro para techo, o una gama en 3 colores. Mejor colores crudos que necesariamente blanco, sobre todo si no puedes cambiar el suelo y es oscuro, ya que el contraste es muy brusco.
Si utilizas papel procura que no tenga mucho diseño, mejor un color liso y una textura interesante o un fondo neutro y unas líneas o formas geométricas en colores muy sutiles. Si contrastas paredes y suelo es mejor que lo más oscuro sea el suelo, y el techo lo más claro, puedes permitirte utilizar un tono más oscuro en el suelo y continúa con la misma gama hacia arriba hasta llegar al tono con más luz. Si no puedes cambiar el suelo las alfombras pueden ayudarte a conseguir este efecto. Con él estilizas el espacio y da la sensación de elevación, al enfatizar las líneas verticales. Si lo prefieres, utiliza un color uniforme en paredes suelos y techos y podrás jugar un poco más con el color en los tejidos y objetos, es importante elegir bien el color base, bien sea un tono neutro crudo o, por ejemplo, un gris en el tono adecuado.
La luz natural contribuye muchísimo a la sensación de amplitud, agrandando el espacio. Si dispones de ella aprovéchala con cortinas ligeras y claras, espejos, etc. Si no tienes esa suerte, utiliza sabiamente la iluminación artificial, trabaja los tonos de luz (más cálido o más frío) en función del conjunto, valorando los colores sobre los que va a actuar esa luz, los tejidos y la incidencia que va a tener sobre ellos, etc. Puedes crear volúmenes con la luz, lo que te permitirá agrandar lo que desees y que no destaque lo que no te interesa. Mejor lámparas suspendidas, apliques o plafones que lámparas de mesa. Crea espacios con la luz, en relación al uso de ese punto de la habitación pero también comprobando la integración en el conjunto, para que las zonas con más luz o los rincones más especiales no empañen el resto o creen zonas difusas alrededor.
Parece obvio pero no lo es, eliminar todo lo que sea superfluo es una de las claves para conseguir espacio. Todo lo que está abarrotado parece más pequeño. Antes de nada analiza de qué puedes desprenderte, estudia las mesas auxiliares, que muchas veces en lugar de servir realmente de apoyo y comodidad sólo las usamos para almacenar objetos encima, revisa los objetos puramente decorativos, como cuadros y fotos, regalos, recuerdos, etc. No se trata de tirarlo todo, ni mucho menos, pero podemos reutilizar, transformar y darle nueva vida a muchas cosas. Una vez hayas seleccionado las cosas realmente importantes el orden te garantizará que todo se mantenga como tú quieres. Hay lugares, como la cocina o el baño, donde el orden puede ser una diferencia imprescindible para la comodidad. Puedes convertirlo en un juego para rescatar esos objetos, pintar alguno de colores neutros, convertir el puf en una mesita de apoyo, crear un cuadro con las fotos familiares eliminando los múltiples portarretratos y marcos que hemos ido acumulando, sacar ese espejo a otra habitación o a la entrada y jugar con la luz y la sensación de espacio que generan, reutilizar cajas y otros objetos de recuerdo para poner flores o macetas, convertir esa lámpara de pie en una lámpara colgante, etc. Hay muchas opciones, es sólo cuestión de inspirarse, te va a encantar tanto el proceso como el resultado, y encima ganas espacio.
Los muebles van a marcar una diferencia enorme en las habitaciones con poco espacio, aquí sin duda la clave es que menos es más, ¿quieres un vestidor pero sólo te cabe un armario? quítale las puertas y coloca delante un banco bajo o un puf, es el mismo espacio que te ocuparía abrir las puertas, pero la sensación es muy distinta. Ya que hablamos de puertas, las correderas siempre quitan menos espacio, pero si no renuncias a las tradicionales, que sean de hoja corta, así estorban menos.
Nada de sofás pesados o estanterías gigantes, mejor piezas pequeñas y estilizadas, el televisor se puede colgar en la pared y podemos acompañarlo de estanterías de obra, que siguen el patrón de uniformidad que comentábamos al hablar del color, o de unas baldas o muebles sencillos y ligeros. Aprovechar el espacio vertical para el almacenaje (por ejemplo con armarios colgados) nos permite mantener la funcionalidad sin renunciar al espacio amplio que queremos. Además te permite mantener el suelo más despejado. Las sillas sin brazos, y mejor si son taburetes, especialmente altos (jugamos con las líneas verticales otra vez), también los bancos te ayudan a ganar espacio en el comedor o la zona de desayuno. Utiliza el espacio bajo la cama para guardar la ropa de cama o los juguetes de los peques, pon mesillas más pequeñas en el dormitorio o incluso renuncia a una, mejor si es una mesilla suspendida o una balda, hay piezas ideales con esta función.
El caso de los baños es, habitualmente, el que más os preocupa. Los baños pequeños son el problema más habitual en muchos hogares. Indudablemente, gran parte de lo que hemos dicho se aplica también a los baños, si son pequeños, mejor con colores base que sean claros, neutros, aportan luz y se reflejan en el espejo, que la multiplica y la reparte por el espacio. Si el resultado te parece frío, los muebles en madera le darán calidez. Los azulejos mejor de tamaños muy grandes o muy pequeños (tipo mosaico, que vuelve a estar de plena actualidad), ambos dan sensación de uniformidad y se percibe como ganancia de espacio, lisos si es posible, aunque podemos jugar con una pared de azulejos estampados o con motivos geométricos si la disposición del baño es estrecha y queremos darle un toque de alegría, en cualquier caso, mejor si el tono base es también neutro.
Aquí especialmente menos es más, quédate sólo con los sanitarios útiles, mejor suspendidos, un sólo lavamanos y preferiblemente exento, cambia la bañera por ducha, utiliza repisas y estanterías en vertical mejor que armarios bajos y pesados. Las mamparas de vidrio siguen siendo la mejor opción. Si se trata de un baño en suite puedes optar por integrarlo sin que pierda la intimidad, una pared menos y un toque elegante como una estantería que te permita almacenar y también separar, o un cristal con el grado de transparencia que te guste, en cualquier caso te ayudará a que el baño tenga más luz y eso lo ampliará visualmente. Respeta siempre la funcionalidad, debe haber espacio suficiente alrededor de los puntos clave, y recuerda que esa funcionalidad y la luz van a ser las dos claves para que te sientas cómoda en tu baño. Utiliza espejo sin marco, mejor si tienen su iluminación propia (hoy en día mejor con tiras de led, más cómodo, más discreto y con mayor ahorro, y te ahorras los apliques). Los muebles lisos, sin tiradores, aportan comodidad, los radiadores toalleros son un 2 en 1 imprescindible para el baño, la grifería minimalista es elegante y no recarga el espacio… Tienes múltiples opciones, modernas, cómodas y de calidad.
Como ves los espacios pequeños no sólo no tienen por qué renunciar al diseño sino que puede ser su mejor aliado para hacerlos más cómodos para el día a día. En nuestras reformas puedes ver un montón de ideas para inspirarte, y si quieres podemos asesorarte en tu proyecto de reforma. Te va a encantar lo que podemos hacer en tu baño.